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La Academia de Música de Marlon Romero se creó en marzo de 2005, de la mano del músico que lleva el mismo nombre. Desde ese momento ha sido semillero de talentos para niños, jóvenes y adultos.
La academia está ubicada en Nonguén 187, Concepción.
Marlon Romero, fundador y director de la Academia, desde pequeño fue cercano a la música por su familia. Fue premiado en 2017 con el Premio Regional de Arte y Cultura 2017 y en su vida ocupa una parte importante el jazz. Sin embargo, en su academia sus estudiantes pueden aprenden: batería, saxo, piano, bajo, guitarra y canto.
Una de las docentes de canto en Academia Marlon Romero es Natalia Leighton, quien comenta que uno de los principales desafíos a la hora de enseñar es lograr entender lo que quiere el alumno. “Si quiere aprender a cantar, a improvisar, un estilo, si quiere cantar como cierta persona, o encausarlo porque a veces lo que piensan dentro de la realidad de los hechos del aprendizaje se deben orientar, hay que lograr encontrar el objetivo del alumno, para poder darle lo que necesita”.
Agrega que considerando además los estilos de canto -que puede ser lírico, popular, u otro- hay distintas formas de enseñarlo, y hay que acotar todo eso para lo que el alumno necesitase.
También es relevante «que cada alumno elija un profesor que se sienta cómodo, porque cada uno tiene su manera de enseñar y técnica, que tiene que ver con el proceso que el profesor tuvo, las escuelas en las que aprendió antes para llegar a conocer a ese alumno”, argumenta.
Natalia cree que, respecto al género, no existe disparidad entre docentes, ya que “en el ámbito popular, la mente o la manera de ver eso es bastante amplia, no creo que exista tanta disparidad de género o discriminación, porque la música es abierta a estilos, formas, lenguajes, expresión, es un lugar donde hay un asidero bueno para no generar este tipo de diferencias. Cuando se habla de expresión o intensidad se habla que la persona pueda expresarse dentro de sus términos, como quiere mostrarse, que se exprese tal como es, muestra su identidad y diferencias”.
Frente al talento regional la docente expresó que “vivimos en una región de mucho talento, de muchas escuelas de asidero musical donde la gente puede crecer en este ambiente, muchos coros, muchas organizaciones musicales que permiten que desde niños puedan influenciar y se pueda desarrollar el oído y la capacidad musical en las personas. Es cosa de ver cuántos músicos han ido a participar a The Voice, cuantos coros hay funcionando en la región que demuestran eso. Cantantes, grupos, locales y lugares que permiten el desarrollo de la música. Es la región que ayuda a proliferar eso y que se retribuye a sí misma, cuando haces tu música también te influyes de la música de los demás, es enriquecedor, se va complementado y uno puede ir reflexionando gracias a eso”.
“Hoy los alumnos buscan, en un principio, aprender a cantar bien, tener una técnica mas adecuada, más afinados, más autónomo para solucionar problemas con la afinación y respiración. Después de eso vienen las inquietudes que tienen que ver con desarrollar otras áreas y técnicas que tienen que ver con las formas de cantar, estilos de canto, recursos de la música, como aprender a improvisar, no todas las escuelas enseñan a eso, tienes que acudir a una adecuada para eso, o si quieres prender una técnica popular o lírica, entre otras”, finaliza Natalia.