Especialista en psicología positiva explica en 5 pasos cómo controlar la pena de no poder ver a nuestra madre o viceversa, el dolor de ella de no poder compartir con sus hijos. Una sorpresa puede llenar esos corazones, más que un par de zapatos, algo que esté lleno de valor sentimental y que demuestre el amor que le tenemos.
Un día de la madre diferente es el que se vivirá este año en nuestro país, donde miles de familias se encuentran separadas y sin la posibilidad de visitarse producto del Coronavirus, lo que está provocando una gran tristeza en muchas personas.
Sin embargo, hoy el mejor regalo que podemos hacer a las madres es el de cuidarnos y cuidarlas a ellas, para lo cual debemos mantenernos separados, algo que lamentablemente no lo entienden algunas generaciones, quienes se niegan a entender esta nueva realidad.
El académico, coach certificado y experto en psicología positiva, Álvaro Acuña, explica que no es la lejanía de los seres queridos la que nos provoca pena, sino la imposibilidad de estar con ellos y compartir, pues a pesar de la distancia que normalmente existe entre una madre y sus hijos, en esta fecha especial, verla y reunirse era una tradición.
«Esa imposibilidad de verlos, de estar con ellos, sobre todo en fechas relevantes como lo es la celebración del Día de la Madre, nos puede provocar un estrés, frustración y angustia muy altos», agrega el profesional.
¿Qué hacer? Álvaro Acuña, el también autor del libro Antes de Vivir, que relata una historia de resiliencia, tras la muerte de su pequeño hijo Simón, nos entrega pautas para enfrentar este dolor:
1- Ser conscientes de que esta pena es normal y debemos vivirla.
2- Regular esta pena, para que no pase a grados que afecten en demasía nuestras vidas y la continuidad de otras labores.
3- Enaltecer y dar valor a la razón por la cual estamos separados y la imposibilidad de festejar: Porque es para un bien mayor, para nuestra salud y cuidado de nuestras vidas.
4- Entender que esto no es para siempre, ya que si nos cuidamos podremos abrazarnos y estar juntos. Esa ilusión nos puede mantener en pie.
5- Paralelo a lo anterior, preparar una celebración nueva, diferente a lo habitual, pero acorde a lo que vivimos: almuerzo virtual, donde le enviemos a mamá un almuerzo listo y ella no deba cocinar y comer juntos mediante videollamadas; visitar a mamá y estar con ella desde fuera, entre rejas (verse sin tocarse, es mejor que no verse) y llamar a mamá sin apuros, dándole el tiempo que se merece. Procurar escuchar más de lo que hablamos y sobre todo sin prejuicios ni críticas».
El experto asegura que una celebración diferente, podrá llenar el corazón de esas madres que no podrán ver a sus hijos. Y tú ¿cómo celebrarás?