Seis estudiantes fueron detenidos la noche del viernes 16 de mayo durante un operativo de desalojo en la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad de Concepción, en el contexto de la paralización general que atraviesa la casa de estudios. El procedimiento fue solicitado por la rectoría y ejecutado por Carabineros cerca de las 23:00 horas, con un amplio contingente policial en el lugar.
La toma de la facultad se había iniciado esa misma mañana, como parte de una movilización feminista en apoyo a demandas de género presentadas por estudiantes. Según la vocera del movimiento, Valery Céspedes, los detenidos fueron aprehendidos en las inmediaciones del edificio y serán formalizados por el delito de usurpación no violenta con daños.
La Federación de Estudiantes de la UdeC (FEC) condenó el accionar policial, acusando represión por parte de las autoridades universitarias. A través de un comunicado, denunciaron «la criminalización de la organización estudiantil» y exigieron transparencia en torno a los protocolos aplicados durante el desalojo.
Por su parte, la Universidad de Concepción emitió una declaración pública en la que informó que la ocupación del edificio se produjo a las 3:45 AM del viernes, cuando un grupo de personas encapuchadas ingresó forzadamente, rompiendo ventanales e impidiendo el ingreso normal de académicos, estudiantes y trabajadores. Además, denunciaron daños en una infraestructura reconocida como Monumento Histórico Nacional.
“La decisión de solicitar el desalojo fue adoptada en respaldo a la comunidad de la Facultad de Humanidades y Arte, con el objetivo de resguardar la integridad de sus integrantes y el patrimonio universitario y arquitectónico”, señalaron desde la rectoría.
En paralelo, la cuenta de Instagram “Humanidades en toma” —vinculada al grupo movilizado— justificó la ocupación como un acto de apoyo a la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía, enmarcado en una “toma feminista y disidente”. Aclararon que su intención inicial fue tomar el recinto de manera pacífica y sin daños, pero que ante la negativa de funcionarios para permitir el ingreso, optaron por romper un vidrio para acceder. Agregaron que ese daño será reparado con fondos recaudados en actividades futuras.
La Universidad reiteró su disposición al diálogo con los representantes estudiantiles, reafirmando que esta es la única vía legítima para abordar y resolver los conflictos internos de la comunidad académica.