Durante el verano 2025, el éxodo masivo de argentinos hacia Chile generó un duro golpe para el turismo argentino. Solo entre enero y marzo, salieron del país más de 5 millones de turistas y 1,9 millones de excursionistas, mientras que ingresaron apenas 1,6 millones de extranjeros, dejando un déficit de 3,4 millones de visitantes.
La consecuencia económica fue clara: los argentinos gastaron USD 2.133 millones en el exterior, mientras que los turistas que visitaron Argentina dejaron solo USD 897 millones. El saldo negativo para el país fue de USD 1.236 millones, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El paso Cristo Redentor, que conecta Mendoza con Chile, registró un crecimiento del 165% en los cruces respecto al verano anterior. En total, ingresaron a Chile 418.400 turistas argentinos, y solo en marzo fueron 292.300, una cifra récord desde 2017. El 54,7% se alojó en casas o departamentos arrendados y el 25,1% en viviendas de familiares o amigos, reflejando una tendencia clara: evitar hoteles y ahorrar en alojamiento.
El gasto total en Chile, solo por esta vía terrestre, alcanzó los USD 165 millones, con un aumento del 319% respecto al año pasado. El gasto diario promedio fue de USD 45,7.
En contraste, los turistas chilenos que ingresaron por el mismo paso dejaron apenas USD 24 millones, generando un déficit bilateral de USD 162 millones solo por ese cruce.
Esta fuga de divisas y el bajo ingreso de visitantes extranjeros refleja un serio desafío para el gobierno argentino, que busca recomponer sus reservas tras la eliminación del cepo al dólar. La apreciación del peso argentino ha hecho que el país resulte caro para los turistas extranjeros y muy barato para los argentinos que viajan al exterior.