El debate por el cobro de contribuciones de bienes raíces ha tomado fuerza tras las críticas ciudadanas por alzas en los avalúos fiscales y la falta de claridad en los cálculos. En medio de este escenario, los principales candidatos presidenciales han comenzado a fijar sus posiciones respecto a la permanencia, reducción o eliminación de este impuesto.
Desde el oficialismo, las cartas presidenciales Carolina Tohá (PPD) y Jeannette Jara (PC) coinciden en que eliminar el impuesto territorial sería regresivo, beneficiando a los sectores más acomodados en desmedro de las comunas más vulnerables, que dependen del Fondo Común Municipal. Ambas proponen reformar el sistema para hacerlo más justo y transparente, sin renunciar a su carácter redistributivo.
En contraste, el candidato de Republicanos, José Antonio Kast, insiste en eliminar las contribuciones para la primera vivienda, calificándolas como una carga injusta para las familias. Una propuesta similar plantea el libertario Johannes Kaiser, quien va más allá y propone terminar gradualmente con todo tipo de contribuciones, empezando por adultos mayores y pequeños propietarios.
Francesca Muñoz (PSC) y Jaime Mulet (Frevs) también se abren a revisar el sistema, cuestionando el proceso de reavalúo aplicado por el Servicio de Impuestos Internos este año. Mulet, en particular, aboga por una reforma profunda, eximiendo a jubilados y personas mayores de ciertos cobros.
El tema cobra relevancia fiscal: solo en 2024, las contribuciones representaron más del 60% del Fondo Común Municipal, equivalente a más de US$2.500 millones, con comunas como Las Condes y Lo Barnechea entre las principales aportantes. Desde la oposición, también la UDI se sumó al debate con una propuesta legislativa para eliminar las contribuciones de la primera vivienda.
En medio de las tensiones y con las primarias oficiales a la vista, el futuro del impuesto territorial se instala como uno de los temas clave de la agenda presidencial.