La entretención nocturna penquista que logró sobrevivir a la pandemia

Llevaron la gastronomía de estos lugares a los hogares de los penquistas. A través de esta nueva modalidad lograron subsistir, pero también entregarles un espacio de distracción a los habitantes del Gran Concepción.

La llegada de la pandemia y las restricciones sanitarias afectaron en gran medida al rubro de entretención nocturna. Muchos locales de la Región del Biobío, y en especial del Gran Concepción, donde se concentra la mayor cantidad de locales de este tipo.

Casa de Salud, emblemático bar penquista que es sede de diversos conciertos de artistas nacionales e internacionales, debió reajustar su normal oficio a la pandemia, que debido a las cuarentenas y toques de queda, no era posible recibir al público habitual de la vida nocturna en Concepción. Implementaron la modalidad delivery de sus comidas y volcaron a la gastronomía para poder solventar la ausencia de clientes en el local.

“Tuvimos que reinventarnos, nos vimos obligados. Siempre tuvimos un menú de comida, pero era relegado a segundo plano. Con la llegada de la pandemia supimos que desde ahí teníamos que levantarnos para apoyar también al personal que quedó sin trabajo, y la gente nos apoyó mucho”. Esta fue la declaración desde la administración de Casa de Salud que por medio de “No Estamos Fritos” potenciaron el área gastronómica del local y lograron crear una puerta de escape a la crisis sanitaria.

Otro centro de entretención nocturna reconocido a nivel nacional es la Bodeguita de Nicanor, fiel representación de la bohemia y diversión penquista. Al igual que Casa de Salud, el plato fuerte eran los conciertos en vivo, las bebidas y aperitivos, pero la llegada de la pandemia trajo a “La Esquinita de Nicanor”, que también con entregas a domicilio no dejaron solos al fiel público “bodeguero”.

A medida que las restricciones sanitarias impuestas por las autoridades de salud fueron aplacando, estos lugares volvieron poco a poco a su normal funcionamiento. En un principio, cuando el toque de queda aún era vigente, atendían en un horario adaptado. Sin embargo, con el fin del Estado de Excepción impuesto por el Ejecutivo por la propagación del Covid-19, distintos pubs, bares y discotecas pudieron funcionar normal, creándose una nueva etapa post pandémica de la vida nocturna penquista.

Y todo lo negativo trae consigo algo positivo, ya que estas nuevas formas de atención al público implementadas por estos locales, que a diferencia de otros que no lograron subsistir en el período de crisis, vieron en el delivery y la gastronomía una forma de sacar a flote sus emprendimientos con años de esfuerzo y reconocimientos. Tanto “No Estamos Fritos” como “La Esquinita de Nicanor” funcionan paralelamente con sus respectivos gestores, ampliando así la gama gastronómica del Gran Concepción en un nuevo escenario en el que, aún con la presencia del virus y respetando las medidas sanitarias, se puede disfrutar de los encantos de la comida y bohemia penquista en estos emblemáticos locales.