“En tiempos de Pandemia, los desafíos han sido grandes, exigiendo adaptación y más adaptación; cambios radicales en la forma de relacionarnos, de trabajar, de sociabilizar. Y el cambio en el ser humano genera emociones como el miedo, stress, ansiedad, incertidumbre, lo que pensábamos que era estable ya no lo es, como las olas del océano en una tempestad. Así también funciona nuestra propia mente, y la idea de práctica de la atención plena nos ayuda a calmar la intensidad de estas olas, y traer la mente a un estado de calma mental”. Así explica Mónica González, creadora de “Satimind_”, instructora de Mindfulness con más de 21 años de práctica de budismo y practicante de yoga, cómo el Mindfulness puede “higienizar la mente” en esta crisis, gestada por la emergencia sanitaria.
Junto a Camila Gallardo González (su hija), practicante del Budismo Tibetano desde sus 8 años y practicante de yoga, se encuentran realizando acciones y clases por Instagram (www.instagram.com/satimind_/), y prontas a desarrollar dos talleres:
– Introducción al Mindfulness: 4 horas (plan mensual, una vez a la semana, vía Meet), a iniciarse el martes 1 de septiembre (finaliza el martes 22 de septiembre)
– Profundiza en el Mindfulness: 8 horas (plan mensual, una vez a la semana, vía Meet), a iniciarse el miércoles 2 de septiembre (finaliza el miércoles 23 de septiembre).
EFECTOS DE LA RESPIRACIÓN
“Se ha descubierto recientemente que la respiración tiene un núcleo en el cerebro, llamado “marcapasos de la respiración”, un punto que se activa y desactiva a través de los ritmos respiratorios”, explica Mónica González. “Según estudios, cada emoción tiene su respiración, y nunca respiramos de la misma manera, sino según la emoción en la que estamos instalados en cada momento: cambiando la respiración seremos capaces también de cambiar nuestra emoción”, agrega. Es así como, “re aprendiendo a respirar”, se puede cambiar la manera de gestionar las emociones más complejas, lo que Mónica González y Camila Gallardo buscan en sus talleres.
“Es un aprendizaje paulatino; existen muchas herramientas para controlar la respiración, desde las técnicas orientales hinduista a las budistas. Por eso, partimos enseñando la respiración desde el bajo vientre, el tórax, las clavículas, con el fin de utilizar toda nuestra capacidad respiratoria a la hora de preparar la mente e introducirla a la práctica de la atención plena o Mindfulness”, señala González.
Otro contenido importante, comprendido en el curso, es la conexión con el cuerpo. “El yoga consciente se realiza en una silla, mediante ejercicios simples de estiramiento, torsiones, que permiten al cuerpo estar en condiciones para estabilizar la mente en un foco: a la hora de llevar la mente al presente es vital tener el cuerpo en un estado de soltura, y no contraído, porque si no se pueden generar muchos malestares e incomodidades. Por ello, el segundo paso para el aprendizaje de la atención plena es la preparación del cuerpo. Enseñaremos siete técnicas, y luego de ambos adiestramientos, podremos llegar a las técnicas de atención plena o Mindfulness”, establece Mónica González.
¿QUÉ ES EL MINDFULNESS?
Existen diferentes técnicas de meditación como existen diferentes deportes. El Mindfulness es una de ellas, y la diferencia es el aspecto científico que se le ha dado. El padre de la técnica es el norteamericano Jon Kabatt Zin investigador, doctor PHD en Biología Molecular de la Universidad de Massachusset, practicante de budismo zen y hatha yoga (ambos orientales), quien por ambos conocimientos logró unir el mundo del método científico con el mundo de las prácticas contemplativas. Kabat- Zinn, y otros investigadores, como Ricard Davidson, se atrevieron a innovar y a investigar los beneficios del Mindfulness y de la meditación bajo el método científico, “por lo que hoy en día tenemos cada vez más evidencia de los cambios cerebrales positivos que provoca la práctica de la atención plena”, narra Mónica González, surgiendo así la práctica del Mindfulness sin religión, sin esoterismo, pero con fundamentos científicos.
Las más prestigiosas universidades del mundo (Harvard, Cambrigde, Oxford, UCLA) poseen Departamentos dedicados al estudio del Mindfulness. “La neurociencia viene a comprobar que esta práctica genera emociones positivas y desactiva la función de la glándula de la amígdala, que se ubica en el lado derecho del cerebro y que se asociada a respuestas agresivas, activando al lóbulo prefrontal izquierdo, relacionado con las emociones positivas”, cuenta la facilitadora González. “Las investigaciones ya han registrado los múltiples cambios cerebrales que suceden con la práctica de Mindfulness, y por eso en este curso también queremos explicar estos cambios científicamente, puntualiza la creadora de “Satimind_”.