La música en el año que el mundo podría cambiar

Estoy seguro que, los seres humanos que podemos quedarnos en casa, tendremos la posibilidad en algún momento de soledad, de hacernos una seria introspección y reformular nuevas prioridades personales y sociales.

Quiero ser enfático y establecer que, sin salud, nada de lo que podamos hacer en nuestras vidas, nuestras casas o fuera de ella tiene algún sentido. Por eso, mis respetos y agradecimientos profundos a todas las personas que se arriesgan para que no tengamos que exponernos a esta infección y a los que nos cuidan cuando estamos enfermos. Sin ellos no tendría sentido la palabra humanidad.

Un aspecto de la salud que ha sido poco relevante en nuestro país en términos de protección, educación y prevención, ha sido la salud mental, y es aquí donde actividades como las artes, la cultura y el deporte juegan roles fundamentales. Dicho de otra manera, se convierten en la vía de escape de las tensiones, el estrés, el agobio, y ayudan a fortalecer una mente creativa, enfocada, positiva y curiosa para todas las personas que disfrutan de esas actividades como hobby.

En mi mundo de los músicos profesionales, desarrollamos herramientas que nos permiten estar preparados para enfrentar las distintas exigencias de nuestra profesión, que a veces suele ser algo despiadada con los que no llegan a un cierto nivel. La música es mi trabajo, y para salir de esa tensión suelo realizar otras actividades que me ayuden a regular el día a día, en mi caso el deporte y últimamente la posibilidad de escribir algunas crónicas.

¿Qué hace ahora que está en casa cuando no tiene que trabajar?, imagino que escucha música, ve videos en los que hay música, está empezando a estudiar algún instrumento, ve conciertos de la orquesta sinfónica de la UdeC. Sea lo que fuere, la música está siempre presente, a veces para convertirse en la banda sonora de su vida o darle el empuje para que baile y se deje llevar por ritmos. Lo esencial del proceso es que usted se trasporte al lugar de tranquilidad mental que le ayuda a obtener una mirada más lejana de su propio ser, una vez allí crecen conceptos como la empatía, la solidaridad, la comunión y la esperanza. “vaso medio lleno”.

En estos momentos usted necesita la música para lo que estime necesario, tras esos sonidos estamos nosotros, los músicos. Y seremos los músicos y artistas quienes los vayamos a necesitar a ustedes una vez que podamos volver “salir a jugar”. Como dije al principio, en estos momentos la salud es lo primero, y quizá la música y el arte no están en las prioridades inmediatas, pero sin ellas estaríamos todos enjaulados en nuestros hogares físicos y psicológicos.

Que este tiempo nos ayude a reubicar las prioridades del ser humano siendo una de ellas la música; tal como algunos países más desarrollados han entendido y las consideran como esenciales para el desarrollo de los ciudadanos, no solo en términos culturales, sino especialmente para tener ciudadanos con mejor calidad de vida mental, social y emocional. Dicho de una forma más fácil, tendremos mejore jefes, mejores compañeros, mejor convivencia.

La música ayuda a generar aspectos como la constancia, el enfoque, el desarrollo de un hábito, entre otras cosas. Imagínense toda una sociedad compartiendo y estudiando esos mismos aspectos, entendiendo que lo queramos ser depende solo de nosotros y mirar al resto no como una competencia, sino como un ejemplo cuando el próximo llega a su desarrollo personal.

Bueno, esto lo dejo como propuesta para cuando salgamos, cuando tengamos que ir a votar en octubre y tengamos la posibilidad de cambiar para ser mejores como sociedad, ya que, en la prueba de ser solo mejores como individuos, el resultado es nuestra fracasada actual sociedad.